Escape


Tengo que ser más rápido que ellos, debo seguirme moviendo a pesar del cansancio. No puedo dejar que me alcancen, no puedo volver ahí.

La luz de la luna llena acompaña mis pisadas y los arboles junto con la niebla hacen que el bosque parezca un enorme laberinto. Siento mi respiración agitada  y mis manos temblorosas. No puedo dejar de pensar que en cualquier momento alguno de ellos aparecerá frente a mí y me llevará de regreso, no, no volveré, no tomare de nuevo esas asquerosas drogas y no permitiré que me amarren de nuevo.

En el momento en el que por fin llego a la carretera me siento libre y justo cuando una sonrisa se dibuja en mi rostro y creo estar cerca de lograrlo, pienso en los otros ¿debería regresar a ayudarlos? ¿Debería si quiera intentarlo? Pero que estoy pensando, yo solo soy uno, y hay docenas de ellos…ellos…los olvide por un segundo, ya deben de estar cerca, tengo que encontrar una forma de salir de aquí.

Me muevo por la carretera, corro lo más rápido que puedo hasta encontrarlo, debe haber uno por aquí. Me comienzo a sentir frustrado y sin esperanzas cuando por fin lo veo a lo lejos. En cuanto veo las luces delanteras del carro comienzo a hacerle señas. Por suerte se detiene, era una vieja van conducida por un joven con anteojos y cabello largo, no puedo evitar el pensamiento estúpido de que o bien los hippies estaban de vuelta o era alguien que simplemente intentaba vivir en otra época. El joven se detiene y me pregunta qué había sucedido, yo aún no recupero el aliento y únicamente le pido que me ayude mientras ruego para mis adentros que no note la sangre en mi camisa. Él Baja del auto y comienza a preguntarme si me encuentro bien y de donde había salido además de otras preguntas a las cuales no les puse atención. Lo único en lo que podía pensar mientras veía mi reflejo en sus anteojos era que por fin era libre, en que había tenido suerte y que aquel joven era mi salvador. Estaba seguro de que él era un buen tipo, desafortunadamente eso no lo salvaría.

Todo ocurrió rápido, hubo un forcejeo, unos cuantos golpes y antes de que me diera cuenta mis manos ya estaban alrededor de su cuello. Un par de segundos después lo empuje fuera de la carretera, no le di mucha importancia al hecho de si aún respiraba o no, ya no podía perder más tiempo, con cada segundo que pasaba ellos estaban más cerca. Subí a la van y sin pensarlo dos veces me aleje de aquel lugar, acelere y me decidí a no ir más despacio, a no detenerme hasta estar muy lejos. 

Mientras sentía la brisa en mi rostro y veía la luna en el horizonte no podía evitar pensar en que tarde o temprano me llevarían de vuelta, en que esta solo era una libertad temporal, pero al mismo tiempo pensaba en todas las nuevas historias que tendría para contarle al Dr. Jensen a mi regreso y en cuanto me divertiría mientras estuviera fuera de ese maldito manicomio.

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