Un Mal Día (Parte 1)


Eran las 3:00 p.m. cuando James Austin salía por la puerta de cristal giratoria del edificio en el que trabajaba, había sido un día ajetreado, lleno de reportes, auditorias y proyectos. Sin embargo, después de dos años como uno de los principales contadores de Dynamic Technologies, James ya estaba acostumbrado a ese ritmo de trabajo.

Mientras caminaba por la calle pasó frente a una pizzería, y el aroma que salía del lugar le recordó que tenía hambre. Siguió adelante y cruzó la calle, entonces justo en la esquina, se topó con una florería, por la gran ventana de la tienda, pudo ver que había jarrones con diversos tipos de flores, como violetas, tulipanes, alcatraces, rosas, girasoles, etc. James contempló los colores y recordó que los tulipanes eran la flor favorita de su esposa, sonrió levemente mientras los observaba y decidió comprarle un ramo.

Después de cinco minutos y un ligero intercambio de palabras con la vendedora, a quien ya conocía,  James salió y continuó su camino hasta el estacionamiento donde estaba su coche, aun le faltaban un par de cuadras pero él lo intentaba ver de forma positiva, << Sirve como ejercicio>> pensaba mientras llegaba a la siguiente esquina, Estaba a punto de cruzar la calle cuando sonó su celular.

Rápidamente sacó el celular del bolsillo de su pantalón, cuando vio la pantalla, esta anunciaba que se trataba de una llamada de casa << seguro me pedirán hacer una parada en el supermercado de camino a casa>> pensó mientras presionaba el botón de contestar.

-Hola cariño, como te va - Contestó con una sonrisa en el rostro.

-Hola “cariño”- La voz no sonaba como la de su esposa, parecía ser la voz de un hombre, sin embargo se escuchaba distorsionada.

-¿Quién habla?-

-Un amigo James, uno que necesita que le hagas un favor-

James rió levemente.  -No me digas, y ¿qué será lo que este “amigo” misterioso quiere de mí?- Contesto de forma burlona al pensar que se trataba simplemente de una broma.

-Quiero información james, una que solo tú me puedes dar-

-Ok, Ok.- James seguía riendo. - Por qué no me pasas a Sally y veremos lo de tu información, yo…

 No pudo terminar la frase, lo interrumpieron los gritos de una mujer, era su esposa. -¡James, James! ¡Tienen armas, las niñas y yo estamos…!- el sonido de un golpe interrumpió sus gritos.

James se quedó perplejo por lo que acababa de escuchar, ya no estaba seguro de que era lo que sucedía del otro lado del teléfono.

-¡Escucha imbécil, si esto es una broma, es una de mal gusto! Quiero que…-

-No estoy jugando James, tu familia está bien, no te preocupes, aunque a tu esposa en realidad le gusta pelear, eso me agrada- el hombre al teléfono soltó una leve risa.

-¡Donde está mi familia, quiero hablar con mi familia!-

-Tranquilo James, no entremos en pánico, tu familia está a aquí, conmigo. Todos estamos sentados juntos en la sala, como una gran familia feliz-

James no se había movido del lugar en donde estaba, sujetaba el ramo de tulipanes con fuerza y respiraba profundamente.

-¿Qué es lo que quieres?- 

-Bien, vayamos directo al punto, escucha Jim, ¿te puedo llamar Jim?, je je supongo que en este punto ya no importa. Jim tú tienes algo que me interesa y al parecer yo tengo algo que te interesa a ti. Así que ¿Qué te parece si bienes a casa y resolvemos una forma en la que todos obtengan lo que quieren? ¿Eh? -


-Escucha no sé de qué estás hablando, pero si tocas a mi familia te juro que…-
 
-¿Qué? ¿Qué harás james? ¿Me mataras? Te conozco james, no tienes el valor. Yo por el otro lado…no es la primera vez que hago esto y créeme no tengo ningún problema en meterle una bala a tus mujercitas.-

-De acuerdo, de acuerdo. No las lastimes…-

-Oh, eso no depende de mí Jim. Tienes 15 minutos para llegar a casa o las cosas se pondrán feas por aquí, no te tengo que decir que nada de policías, ¿cierto james? Ahora mueve tu maldito trasero y ven a casa. “Amorcito.”

El teléfono se colgó de golpe.

James se encontraba parado al borde de la acera. Respiraba agitadamente y por un momento no pudo reaccionar. Levanto su brazo y vio la hora eran las 3:35.

-Quince minutos, quince…- James soltó las palabras al aire y en cuanto el semáforo le señalo que podía cruzar la calle. Arrojo el ramo de tulipanes al suelo y corrió.

Corrió tan rápido como pudo, solo le faltaban dos cuadras para el estacionamiento, pero le parecieron eternas. Cuando llego a su auto y miro el reloj., este marcaba las 3:42.

Arranco y condujo tan rápido como pudo, por suerte ningún policía lo vio, si lo hubiesen detenido hubiera perdido tiempo…hubiera perdido a su familia.

James se detuvo en el patio de su casa, cuando bajo del auto escucho gritos provenientes de dentro, pudo identificar la voz de su mujer. Estaba a punto de pasar por la puerta cuando un sonido ensordecedor lo dejo helado, Era un disparo.

James tenia la mano sobe la perilla, el sudor le recorría el rostro y respiraba agitadamente. El sonido dentro se calmo y su reloj marco las 3:52. 

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