Corre, Muévete, Escapa…Vive


<<Corre, muévete, escapa…vive>>

Era lo que Bobby se decía a si mismo mientras corría a toda velocidad por el centro de la ciudad. <<Debo salir de aquí, esto no era parte del plan, necesito…>>  ni siquiera pudo terminar de pensar en la frase pues cayó al suelo debido al gran estruendo que causo una bala cuando se impactó en la gran ventana de una tienda de regalos, <<Muévete, ya, ya, ya>> Se repitió en voz alta, mientras se levantaba para seguir escapando.

Eran 4 los hombres que estaban detrás de él, vestían trajes y llevaban sus armas en la mano, no les importaban los civiles pues disparaban a diestra y siniestra esperando que alguna bala se impactara en el cuerpo de Bobby, ya habían matado a 3 personas inocentes, herido a otras 6 y no se iban a detener hasta matar a Bobby.

Bob Rogers  era un hombre de 25 años, sus padres habían muerto en un accidente automovilístico cuando él tenía 4 y había escapado del orfanato a los 7, había vivido en las calles por mucho tiempo y había aprendido que la mejor forma de sobrevivir, era robar y se había vuelto muy bueno en ello. Bob era un estafador muy hábil, se le buscaba en 5 estados y se le acusaba de por lo menos 26 estafas, pero esas no eran ni siquiera la mitad.

El problema con Bob era que a pesar de que ya tenía suficiente, siempre quería más, y precisamente ese afán fue lo que lo llevo a hacer un trato con un narcotraficante con mucho poder. Joseph Myers, mejor conocido como “el carnicero,” él había contratado a Bob para que le robara a su competencia Vladimir Hesk, el plan era dejarlo en la ruina y así Myers se convertiría en el único proveedor de la ciudad. Todo estaba resultando bien, hasta que hace dos semanas Bob le dio una vuelta al plan y estafo a ambos narcotraficantes, llevándose un botín de millones. Les había pegado justo en donde les duele.

Bob había escapado a Colombia, ahí utilizaba otro nombre, se había cortado el cabello y se había dejado la barba y bigote. No fue suficiente, estaba tomando un café en un tranquilo lugar en el centro de la ciudad cuando los vio. 4 hombres bajaron de una camioneta y empezaron a disparar hacia el café en el que estaba, Bob apenas había logrado salir de aquel lugar y su primer impulso había sido correr.

<< ¡El bote, debo llegar a mi bote y largarme de aquí!>> Bob estaba llegando al puente que se encontraba en el puerto de la ciudad. Las piernas le comenzaban a doler, respiraba agitadamente, sentía como el sudor le escurría por la frente y lo único que podía escuchar eran los gritos de las personas a su alrededor y los disparos. <<Un arma, debí comprar una maldita arma>> se reprochaba así mismo mientras corría por el puente. De pronto lo vio, su bote estaba a tan solo un par de metros de distancia, lo había logrado, aun no lo podía creer, lo iba a lograr. Una sonrisa se le empezaba a dibujar en la cara cuando lo sintió.

Un impacto, justo en el centro de su espalda le hizo perder el equilibrio haciéndolo caer por el puente <<No, maldición, ¡No!>> fue lo último que pensó antes de que su cuerpo se impactara contra el agua.

Una tv. En un cuarto de un motel anunciaba las noticias de la tarde… -Ayer por la mañana una balacera en el centro de la ciudad dejo un total de 7 muertos y 10 inocentes, los responsables huyeron de la escena del crimen sin poder haber sido identificados, al parecer su objetivo era matar a un solo hombre, al cual después de una larga persecución consiguieron disparar y arrojar por el puente que se encuentra en el puerto de la ciudad, la guardia costera reporta que hasta el momento no se ha podido encontrar ningún cuerpo en el agua… -

Un hombre apago el televisor, arrojo el control remoto sobre la cama y levanto algo del suelo, era un chaleco antibalas.

El chaleco aún tenía incrustada la bala en la parte de atrás, justo en el centro. - Tienes que ser más cuidadoso – se dijo Bob a si mismo <<ayer casi no lo cuentas y aun y te queda mucho por delante>> pensó mientras sostenía la bala en su mano derecha.

Después de caer al agua Bob había nadado de regreso a la costa, había tenido suerte de que nadie lo hubiera visto, a excepción de un niño pequeño que lo había mirado de forma extraña. Ahora Bob se había quitado el bigote y lo que le quedaba de cabello. Tenía sus maletas listas sobre su cama junto a una serie de pelucas, bigotes y barbas falsas, con el tiempo Bob se había aprendido a caracterizar de una forma excepcional. Se colocó de nuevo el chaleco antibalas y se vistió con un traje blanco mientras observaba la pared que estaba en la cabecera de la cama, ahí tenía todo su plan.

Era una red de telaraña un poco extensa y en el centro tenía la única foto que le quedaba de sus padres, de ella salían varios hilos conectados con tachuelas, los hilos guiaban hacia diversas personas, diversos culpables.

Hacía ya 2 años desde que Bob había descubierto que la muerte de sus padres no había sido un accidente, los habían asesinado. Todo apuntaba que  alguien le había tendido una trampa a su padre y eso lo había llevado a su muerte y a la de su madre. Ahora Bob tenía un plan el cual ya tenía la primera fase completada, robarle a uno de los principales culpables, el carnicero.

Bob se colocó una de las pelucas y una barba falsa. Saco un arma recién comprada a un traficante de una mochila, la cargo y se la guardo en la parte de atrás del pantalón, Después de eso, salió del cuarto del motel. Era momento de buscar a la siguiente persona en su lista y era precisamente en Colombia donde la encontraría.

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