Defensa



Dos veces jale del gatillo, dos veces escuche el estruendo causado por la bala al atravesar el cañón. Sentí como parte de mi moría mientras veía como mi atacante se desplomaba, no sé qué quería conmigo, no sé por qué me atacaba. El arma que sostengo era suya, no puedo dejar de pensar en si había otra alternativa. Lo escucho decir algo, palabras sin sentido, me acerco hacia él y en el momento en el que veo su rostro por primera vez siento como menguan mis fuerzas, el arma resbala de mis manos y mientras mis palpitaciones aumentan mi mente se centra en un solo pensamiento, me acababa de ver a mí mismo.


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