Entradas

Crocante

Imagen
  Foto por Kev Bation -Buenas noches Timmy.- Hizo un gesto reflejo con la mano para saludar a la Sra. García, sin verla realmente, tenía tanto sueño que ni siquiera le molestó el hecho de que usara su nombre en diminutivo, odiaba que la gente lo hiciera, y paradójicamente, la gran mayoría de las personas que lo rodeaban terminaban llamándolo de aquella manera. No lograba entender el por qué, era un adulto de 28 años, tenía una estatura de casi dos metros de alto y usualmente se dejaba aquella barba que sale a los pocos días de afeitarse. Aunque muy posiblemente tenía que ver con su complexión extremadamente delgada, tenía la piel pegada al hueso, o aquello le decía su madre, y últimamente llevaba unas remarcadas ojeras, resultado de diversas noches sin poder dormir bien. Además de llevar la mirada perdida, verlo deambular por los pasillos hasta llegar a su departamento era como ver a un muerto viviente. Al llegar a casa, rellenó el plato de croquetas de Penélope, su gata, y se desplomó

Recuerdos

Imagen
  Foto por Jon Tyson “Feliz cumpleaños” Se dijo a sí mismo mientras quitaba el candado de la vieja bodega que visitaba cada tantos años, esta vez le había tomado poco más de treinta años volver a aquel lugar. Al abrir, el olor a humedad se hizo presente de inmediato, y al encender la luz la ráfaga de recuerdos detonados por los objetos que lo rodeaban llegaron aún más rápido a su memoria. Cuadros, libros, algunas esculturas, pinturas, ropa e inclusive algunas joyas y metales que de prestarles más atención se podría pensar que pertenecían a un museo. Respiró profundamente y se frotó los ojos con las palmas de las manos durante un par de minutos antes de quejarse levemente y salir a buscar las cajas que llevaba en la cajuela de su auto.

Despertar

Imagen
  Foto por Krista Mangulsone Creo que nunca he sido una persona de mañanas, no realmente. Veo a otros y sus ansias de iniciar el día, llevando a cabo tareas que tienen en su rutina y sonriendo casi desde el momento en el que abren los ojos, y los envidio. No recuerdo si siempre fue así, o si había un momento en el que fuese igual a ellos y simplemente olvidé como hacerlo. El despertador sonó hace cinco minutos y en otros cinco volverá a hacerlo. Doy vueltas en la cama, tratando de engañarme a mí mismo pensando que podría dormir el equivalente a otras 3 horas en esos minutos, pero ni siquiera logro cerrar los ojos. Finalmente me acomodo boca arriba viendo fijamente al techo, y justo antes de escuchar de nuevo la alarma, respiro profundamente y me levanto. La rutina es la misma todos los días, bebo de un vaso de agua que mantengo junto a la cama de camino al baño, y me veo al espejo mientras me lavo las manos y escucho el agua correr por el desagüe. Sigo sin pensar claramente, me siento

Oleaje

Imagen
Foto por Ivan Bandura Era cerca de la una de la mañana cuando cruzó la puerta corrediza de cristal, al cerrarla, la música, risas y voces de la fiesta se apagaron levemente y las olas del mar se escucharon más claramente a lo lejos. Permaneció por un momento viendo hacia la negrura del horizonte, y como la luna llena iluminaba el cielo y parte de la playa. Respiró profundamente, y unas risas llamaron su atención. A su izquierda, en otra parte del balcón se encontraba una pareja que parecía haber decidido alejarse de la fiesta para estar más a solas, sonrió y decidió que no sería “el tipo que les arruinara la diversión” antes de darle un último trago a su bebida, dejó el vaso en una mesa y bajo por las escaleras hacia la playa. Los sonidos de la fiesta aún se escuchaban a lo lejos, pero eran poco a poco superados por el ritmo de las olas del mar golpeando contra la costa, al llegar al último escalón decidió quitarse los zapatos y sentir la arena entre los dedos de los pies. Caminó por u

Tick-Tock

Imagen
Foto por Heather Zabriskie Estuvo ahí desde el inicio, si es que tal cosa había existido, y sabía que estaría ahí cuando el final llegara, si es que semejante cosa le aplicara, pero aquellas cuestiones hacía mucho que no le preocupaban. Había visto a la humanidad llegar y florecer, tenía una fascinación hacia aquella especie, tan frágil y efímera, tan gravemente afectada debido a su existencia. En un principio había podido convivir con ellos, eran simples y tan despreocupados por su presencia, fascinados a causa de todo lo que los rodeaba y llenos de una gran curiosidad y ambición, posiblemente en demasía.

Capgras

Imagen
  El manojo de llaves se agitaba y resonaba mientras Margaret intentaba forzar la tercera llave para abrir la puerta. Maldecía mientras cambiaba una tras otra las llaves con sus manos temblorosas, pero la perilla seguía sin girar. ¿De dónde habían salido todas aquellas malditas llaves? y más importante aún, ¿Por qué no podía recordar cuál era la maldita llave correcta? Podía sentir como la agitación aumentaba en el latir de su corazón y su respiración con cada llave incorrecta mientras aquellas dos preguntas atormentaban su mente.  De pronto, escuchó pasos bajar rápidamente por las escaleras, aquello hizo que se sobresaltara y dejara caer las llaves, giró la vista y pudo ver detrás de sí a una mujer de mediana edad, se veía agitada y se sobaba parte del rostro mientras se recargaba en la pared.  El parecido era sorprendente, a tal punto que tan solo verla le causaba terror en lo más profundo de su ser.

Sniff (Capítulo III)

Imagen
Capítulo Anterior -¿Qué he hecho?- Clayford había pasado toda la noche sentado en el piso de la sala de su apartamento, el reportaje que había visto horas atrás aún le daba vueltas en la cabeza mientras recuerdos de la primera vez que vivió aquel día sobrevolaban su memoria. Recordó al hombre que abrazaba a su mujer mientras lloraba incontrolablemente a las puertas del hospital, en aquella ocasión no les prestó mucha atención, después de todo, ese día tenía otras prioridades. Sin embargo, al verlos nuevamente evadiendo las cámaras de los reporteros en la televisión, los reconoció de inmediato. “Es una lástima, el chico era un buen estudiante, con un buen futuro y pensaba ir de viaje con sus amigos, por eso estaba en el banco, viejo eso es a lo que le llamo mala suerte.” Había escuchado decir a un oficial en la cafetería del hospital. -Un buen chico...- Dijo las palabras en voz alta mientras veía la foto de Erick Sullivan en la pantalla. Esperó a que saliera el sol para salir del dep